Amor: comienzo y fin dentro del cerebro

16.06.2021

Por: Jacqueline Loaiza

EI encuentro de dos personalidades es como el contacto de dos sustancias químicas; si se produce alguna reacción, ambas se transforman.

CARL JUNG

¿Amor y cerebro? ¿Acaso se puede establecer alguna relación entre ellos? El amor nos acompaña toda la vida, hace parte de la vida cotidiana. A lo largo de la historia, el amor siempre ha sido importante para nosotros. El amor no tiene fronteras. Podemos amar humanos, animales, costumbres, momentos, deidades, etc.
Desde este múltiple concepto de amor, podemos cuestionarnos si puede causar efectos importantes sobre nuestro cerebro y cuerpo. Por ello, les invito a embarcarse en este proceso de "el amor y cerebro" donde expondré los procesos cerebrales que se activan cuando nos enamoramos. 

Empezaré afirmando que el amor puede ser examinado por la ciencia, donde la neurociencia ha tenido avances importantes en este campo. Enamorarnos inicia en el cerebro ya que es el órgano donde se presentan las reacciones químicas vivenciadas por el amor y el deseo. De acuerdo a Calixto (2017) enamorarnos activa entre 12 y 19 regiones cerebrales que liberan factores químicos responsables de todas las respuestas amorosas. Por esto sentirnos amados y correspondidos puede generar activación cerebral el cual brinda un bienestar importante en la persona. Calixto (2017) también menciona que "La liberación de un neurotransmisor como la dopamina provoca que el centro de las emociones en el cerebro (el sistema límbico) se active, esto genera una reducción en el funcionamiento de la corteza prefrontal, la cual es la región más inteligente del cerebro. Esto explica por qué en el proceso de enamoramiento se toman decisiones importantes sin los filtros neuronales adecuados, el cerebro parece adicto a la emoción y gradualmente pierde el control. Así mismo Hay otros neuroquímicos que entran a ser parte de este proceso para fortalecerlo como son: La oxitocina la cual nos permite sentir apego, la vasopresina genera la pertenencia y los celos, las endorfinas procesan la búsqueda del placer, la adrenalina procesa la motivación y la serotonina nos hace obsesivos". (pp. 10).

Este proceso de obsesión se debe entender en la necesidad de tener encuentros "tiernos" y acciones románticas con el ser por el cual sentimos atracción. Ahora bien, sabemos que hay manifestaciones corporales inexplicables en el proceso del enamoramiento, los cuáles también tienen una justificación desde la neurociencia y esto se puede explicar desde la sintetización de la dopamina en el hipotálamo y en la sustancia negra (Hernández 2007). Agregando a lo anterior Hernández (2007) manifiesta que "esta molécula nos pone eufóricos, alegres, entusiasmados. Las pupilas se dilatan, el corazón incrementa sus latidos de 80 a 120 pulsos por minuto, se eleva la presión arterial, la frecuencia respiratoria se torna más rápida, aumenta la temperatura del cuerpo, se erizan los vellos de nuestra piel, se activan las glándulas sudoríparas, se abren los poros de la epidermis y transpiramos" (pp. 115).

De acuerdo a Caba (2003), la oxitocina necesita receptores para hacer efectiva su función. Tanto la glándula mamaria como el útero poseen receptores de estos en abundancia. En este artículo se muestra el caso de Kurt Pedersen quien provocó una conducta maternal en ratas vírgenes inyectándoles oxitocina en los ventrículos cerebrales. Las ratas no embarazadas aborrecen a los críos, incluso se los comen. Pero este experimento generó que las ratas que antes eran caníbales pudieran transformarse en madres amorosas por la acción de la oxitocina en el cerebro. Esto evidencia la participación de la oxitocina en el amor maternal. Ahora sabemos que hay científicos incluso psicólogos como Beate Ditzen que inyectan dosis de oxitocina a parejas en forma de aerosol nasal y se ha comprobado que luego de la dosis son aún más amables entre sí, generando un comportamiento positivo en los conflictos de pareja (König, 2019).

En el documental "el amor más que un sentimiento" (König, 2019), se muestra como después de dos años de relación las personas empiezan a reducir la activación desmedida de estos neurotransmisores, el cerebro comienza a pensar razonablemente, quienes no se han separado entran en una nueva fase de amor donde el cuidado y la protección son más importantes que la pasión, la oxitocina se encarga de este trabajo en el enamoramiento y lo convierte en amor. El amor puede no ser tan pasional en esta etapa pero la relación funciona y se vuelve más saludable, las personas se enferman menos, comen más equilibradas, así mismo como lo manifiesta (König, 2019) en su documental, una adecuada relación de pareja protege de enfermedades cardiovasculares, las caricias reducen el estrés, la frecuencia cardíaca y la presión arterial, y que los besos ayudan incluso con la rinitis alérgica.

Estas investigaciones nos demuestran como el proceso del amor inicia y finaliza en el cerebro, y no en el corazón como indican los románticos. La oxitocina es uno de los neurotransmisores estrellas del amor. Si todo estos procesos neuronales se desarrollan en una sensación de enamoramiento, ¿te puedes imaginar que sucede en el cerebro cuando hay una ruptura amorosa, una cantidad suficiente de amor propio o que sucede con el deseo sexual? Próximamente estaremos publicando un blog acerca del deseo sexual y el cerebro, síguenos leyendo.

Les invito a visualizar, el documental El amor más que un sentimiento, realizado por DW. Donde se nos explica por qué sucede el amor, cuál es el papel del amor en nuestras interacciones cotidianas, los experimentos realizados con oxitocina, cómo se puede amar toda la vida y qué pasa en nuestro corazón y cerebro con el amor. https://www.youtube.com/watch?v=5x4K8tQCw-U&t=1729s

Referencias

Calixto, E. (2017). Un clavado a tu cerebro. Aguilar. https://books.google.es/books?hl=es&lr=&id=dxjfDQAAQBAJ&oi=fnd&pg=PT4&dq=un+clavado+a+tu+cerebro&ots=Jo5_CQH0ww&sig=EjmeLsVolUr9_xqUGprBJY5UmFc#v=onepage&q=un%20clavado%20a%20tu%20cerebro&f=false

Hernández Guerrero, Primitivo (2012) Bioquímica del amor. Ciencia UANL, 15 (57). pp. 114-120. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/3835412.pdf

Caba, M. (2003, Enero-abril). Oxitocina, La hormona del amor materno. La Ciencia y el Hombre, 1, 37-42. https://hdl.handle.net/123456789/5519

(König, 2019). Documental - el amor más que un sentimiento (2019). https://www.youtube.com/watch?v=5x4K8tQCw-U&t=1729s

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