¿Por qué no logro hacer lo que me propongo?
Por: Natalia Vélez
Muchas veces las personas se preguntan por qué hacen lo que hacen o por qué otras personas logran algo y ellos no, por ejemplo ¿por qué esa persona logra hacer ejercicio todos los días y yo no?
Es común que cada año nuevo, cada cumpleaños o cada fecha especial, las personas se planteen nuevas metas y objetivos que quisieran alcanzar en sus vidas, pero llevarlas a cabo les dura poco o nada, ¿qué pasa con estos propósitos? tal vez no son deseos propios, sino una intención de alcanzar un ideal social, quizás esperan obtener resultados muy rápidos, o se exigen demasiado al inicio y terminan frustradas, etc.
Aunque influyen varios factores para el cumplimiento de una actividad o de una meta, en este artículo nos vamos a centrar en uno muy importante: la motivación, que es aquello que da energía y dirección a la conducta, con la cual podemos explicar el inicio, mantenimiento, dirección, intensidad y la finalización de un comportamiento (Reeve, 2010).
Siguiendo con lo anterior, lo que da energía a la conducta son los motivos o necesidades inherentes a todo ser humano, los cuales podemos clasificar basándonos en la teoría de Abraham Maslow (Barbieri, 2017), en 5 categorías:
- Necesidades básicas o fisiológicas (respiración, alimentación descanso, sexo y homeostasis).
- Necesidades de seguridad (física, del empleo, de la familia, de los recursos, de protección y moral).
- Necesidades de afiliación o pertenencia (amistad, afecto, pareja, relaciones sociales y pertenencia a algún grupo).
- Necesidades de reconocimiento (reconocimiento, confianza, respeto, prestigio y éxito).
- Necesidades de autorrealización (la creatividad, visión global, espontaneidad, carencia de prejuicios, aceptación de hechos, resolución de problemas, liderazgo).
Cuando las necesidades primarias están satisfechas, ahí si es posible pensar en suplir las secundarias, no antes, es decir, nadie tendrá como meta hacer ejercicio para verse bien si no tiene las condiciones mínimas de alimentación y bebida, por ejemplo. En fin, lo que Maslow dice es que las personas tienden a actuar con base a sus necesidades con el fin de satisfacerlas, o sea, la conducta está motivada por una necesidad y a medida que se satisfacen las básicas, se continua con las del siguiente eslabón en la pirámide y estas necesidades son las que finalmente orientan la conducta.
Por otro lado, la motivación está estrechamente relacionada con la
emoción, así que cuando una persona alcanza sus metas experimenta emociones
positivas y cuando no, emociones negativas. Estas emociones nos impulsan a
lograr las metas o a evitarlas, entonces aquella conducta que se sigue de
consecuencias positivas aumenta la probabilidad de repetirse en un futuro, mientras
que la conducta que tiene consecuencias negativas disminuye. Así que, la motivación se puede clasificar en
intrínseca (interna), donde los individuos realizan una actividad por el propio
valor que le atribuyen, por ejemplo, la persona que estudia y lee por su cuenta
porque le da valor a ser un buen profesional y encuentra satisfacción en
realizar la actividad, así que no requiere de incentivos o refuerzos; y
motivación extrínseca (externa), donde se realiza una actividad para conseguir
un fin o lo que es lo mismo, porque hay un reforzador externo, por ejemplo, la
persona que va a trabajar porque va a recibir un incentivo económico, que es el
salario (Reeve, 2010).
Siguiendo con lo anterior, el placer y el dolor son determinantes de la motivación, se tiene la tendencia en las personas de aproximarse a lo que genera placer y evitar lo que produce dolor, por esta razón, es que cuando los resultados de una meta se ven a largo plazo es más difícil sostener la motivación (Palmero et al., 2009).
Entonces, ¿qué pueden hacer las personas para cumplir esos propósitos que se establecen?
Lo primero es tener en cuenta que las conductas, emociones y pensamientos están relacionados entre ellos, por tanto, al influir sobre uno de estos se estará influyendo en los demás. Así que se puede aumentar la motivación y energía aumentando la actividad. Y adicionalmente, las siguientes recomendaciones pueden ser útiles:
- Establecer metas específicas y de manera detallada, tanto a corto, como mediano y largo plazo.
- Definir cada meta en pasos pequeños y ponerle fecha de inicio.
- Celebrar los pequeños logros y recompensarse por el esfuerzo realizado, por más pequeño que parezca.
- Mantenerse activo realizando actividades placenteras
- Establecer rutinas
- Ser paciente, lo importante es avanzar poco a poco
Para tener en cuenta, la motivación viene después de la acción y toda meta para que se sostenga en el tiempo debe ser realizada poco a poco.
Recomiendo el video "La Motivación - Cómo Motivarse a Uno Mismo" (click en el link o AQUÍ)
Natalia Vélez
Psicóloga
Referencias
Barbieri, M, (2017), La teoría de las necesidades, España, Editorial Salvat S. L.
Palmero, F., Gómez, C., Carpi, A., & Guerrero, C. (2009). Perspectiva histórica de la psicología de la motivación. Avances En Psicología Latinoamericana, 26(2), 171-179. Recuperado a partir de https://revistas.urosario.edu.co/index.php/apl/article/view/59
Reeve, J, (2010), Motivación
y emoción, México, The McGraw-Hill Companies.
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