Tricotilomanía: un trastorno pelo a pelo

26.03.2021

Por: Brandon Marín

El ser humano se ha destacado entre muchas cosas, por utilizar diversas estrategias para afrontar las tensiones emocionales y situaciones problemáticas que se presentan a largo de su ciclo de vida; aclarando, por supuesto, que unas son más adaptativas que otras, pero en ocasiones esas estrategias pueden ser perjudiciales para sí mismo, como el tema que nos convoca el día de hoy, que es el trastorno por arrancón de pelos que también es conocido como tricotilomanía, palabra que si dividimos etimológicamente podemos notar que está compuesta por: trico (pelo), tilo (tirar) y manía (comportamiento reiterativo) (Salaam et al., 2005). Término que fue mencionado por primera vez por el Psiquiatra francés Hallopeau, en el año 1889 y que fue aceptado como trastorno psiquiátrico en el 1987, casi cien años después (Jaramillo-Borges, 2007).

          Hoy en día podemos evidenciar que el abordaje de esta conducta ha tenido cambios; como por ejemplo que en DSM-IV. (APA,1994) era considerado como un trastorno por control de impulsos. Seguido a eso, en el DSM-5 (APA, 2014) pasó a hacer parte de la categoría de trastorno obsesivo compulsivo (TOC) y trastornos relacionados. Cabe destacar que esta enfermedad es más común en el sexo femenino, pero también tiene prevalencia en la infancia y adolescencia (Pomar-Morante, 2018).

          Este trastorno se puede encontrar en todas las etapas del ciclo vital de los seres humanos. Para el caso de la infancia se relaciona con otros hábitos compulsivos como el chuparse el dedo o morder las uñas. En este caso, es común que lo jalones de pelo se den de manera inconsciente (automática) por ende, se puede dar en momentos donde el niño se encuentra haciendo una actividad pasiva como ver televisión, o dormir. Este trastorno está asociado con eventos estresantes y situaciones emocionales difíciles para el niño, como lo pueden ser el divorcio entre los padres, la muerte, nacimiento de un hermano, falta de cariño, entre otros. Sin embargo, se resalta que el curso de este trastorno a esta edad puede ser benigno. Por otro lado, en los adolescentes y adultos jóvenes, hay una clara prevalencia en mujeres (70% a 93%). Aun así, a diferencia del caso anterior su intervención puede resultar más difícil de tratar y se pueden presentar recaídas. Asimismo, en los adultos, está estrechamente relacionado con dificultades psiquiátricas; en este caso tiene una relevante dificultad terapéutica y un pronóstico más desalentador (Rodríguez & García, 2008; Sah, DE., Koo, J. & Price, 2008).

         Lo más frecuente es que los arrancones compulsivos se presenten en el cabello en lugares como en los parietotemporales, pero, a medida que el hábito se va instaurando, y la perdida de pelo es considerable en zonas visibles con consecuencias claras, las personas empiezan a optar por otros lugares menos visibles, como cejas, pestañas, bigote, manos, pies, e incluso los bellos púbicos (Moreno et al., 2007).

        Lo curioso de este trastorno es que no en todos los casos el sujeto es consciente de su compulsión, y a veces incluso son conscientes y no a la vez, por ende, es menester explicar que esta condición se divide en dos tipos, por un lado, se encuentra el consciente, en donde la persona se toma el tiempo de parar y prestar atención plena para jalar de su cabello, asociado previamente a situaciones de tensiones donde el jalar el cabello se vuelve un factor gratificante y tranquilizador; por el otro, está el automático, caso en que el sujeto jala de su cabello cuando está descansando, viendo la Tv, y sólo se percata de su acción cuando encuentra pelos en su mano. Este tipo es más común en niños menores de 10 años y por tal razón, como se mencionó anteriormente, tiene mejor pronostico. Entre un 40% y 70% de los individuos que optan por halar de su cabello, que pueden desencadenar otro trastorno llamado tricofagia, se estima que aproximadamente el 1% de estos sujetos necesitará intervención quirúrgica para remover el tricobezoar, que es la acumulación por ingesta del cuero cabelludo en el estómago (Loja et al.,2002) ; porque en el momento en que el tricobezoar posea una cola que logra sobrepasar el duodeno, se da una sintomatología diferente llamada poéticamente como el síndrome de Rapunzel [Tema del cual se hablará en otro momento] (Jaramillo-Borges, 2007). Ahora podemos ver este trastorno puede desencadenar otras problemáticas si no se aborda oportunamente.

           De acuerdo con lo anterior, es normal pensar que, si en algunas ocasiones encontramos pelos en nuestra cómoda, o nos percatamos que incidentalmente hemos arrancado algún pelo sin querer, sospechemos el poder tener un trastorno como éste. Pero, para que pueda ser considerado como el trastorno de tricotilomanía es necesario que se cumpla con algunos criterios que aparecen en el DSM-5 (APA, 2014):

  • Arrancarse el cabello de forma frecuente, dejando lugares con clara alopecia.
  • Intento repetitivos de intentar dejar de hacerlo.
  • Estar asociado a un malestar clínico evidente en las diferentes esferas del ser humano.
  • No puede ser atribuida a otra afección mental. (dismórfico corporal)

        Al hablar de tratamiento, es claro resaltar que en el caso de los niños es conveniente una evaluación por psiquiatría con un profesional competente, para así diagnosticar adecuadamente y acordar el tipo de tratamiento; evitando así, que el caso se vuelva crónico. Es posible que en algunos casos se recurra a fármacos, como el uso de inhibidores de recaptura de serotonina, por ser una acción compulsiva y repetitiva. En cambio, en cuanto al tratamiento con adolescentes y adultos, requerirán una evaluación por psiquiatría, para aclarar diagnósticos y establecer los respectivos tratamientos, pero con el fin de evitar una recaída o cronicidad del caso, dentro de lo posible (Jaramillo-Borges, 2007).

         Teniendo en consideración lo que se habló anteriormente sobre los tipos de tricotilomanía, es necesario resaltar que en el automático se ha encontrado que la técnica más eficaz es la reversión de habito de Azrin y Nunn (para el manejo de hábitos "nerviosos"). Pero, en el caso del consciente se puede hacer uso de las terapias de compromiso o aceptación.

Si desean profundizar les recomiendo leer "Tricotilomanía etiología y tratamiento" (click en el hipervínculo).

         Por último, y no menos importante aún, está la polémica de si la tricotilomanía es un síntoma observado en varios trastornos, sobre si es un tipo de TOC o por el contrario es un síndrome en sí mismo.

Brandon Marín
Psicólogo


Referencias

Asociación Americana de Psiquiatría. (1994). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (4a.ed.) Washington, DC: Autor.

Asociación Americana de Psiquiatría. (2013). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (5ª ed.). Arlington, VA: Autor.

Jaramillo-Borges, Y. (2007). Tricotilomanía, tricofagia y el Síndrome de Rapunzel. Acta Médica Costarricense, 49(1), 4-5. https://www.scielo.sa.cr/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0001-60022007000100001

Loja, D., Alviruzi, J., Vilca, M., y Sanchez, M. (2002). Síndrome de Rapunzel: tricobezoar gastroduodenal. Anales de la Facultad de Medicina, 64 (1),

71-77. https://www.redalyc.org/pdf/379/37964110.pdf

Moreno, K., Ponce, R., Cano, A., Verónica Narváez, V., Sanabria, J., Jurado Santa, F. y Ubbelohde-Hennigsen, T. (2007). Tricotilomania. Dermatología Rev Mex, 51(5), 180-6. https://www.medigraphic.com/pdfs/derrevmex/rmd-2007/rmd075b.pdf

Pomar-Morante, R., Vidarte-Orrego, G., Quevedo-Carrillo, C. y Chian-García, C. (2018). Tricotilomanía. En Editor(s) del libro. Dermatologia Peruana revista oficial de la sociedad Peruana de dermatología (pp. 104-111). Dermatol Peru. https://www.dermatologiaperuana.pe/assets/uploads/revista_yAnE_Rev__Dermatol_28-2_abr_10.pdf#page=31

Rodríguez, A., García, MC. (2008). "Tricotilomanía". En Dermatología psiquiátrica, 1, 47-62. https://www.medigraphic.com/cgi-bin/new/resumen.cgi?IDARTICULO=55732

Sah, DE., Koo, J. y Price, VH. (2008). "Trichotillomania". Dermatol Therapy, 21, 13-21. DOI: 10.1111/j.1529-8019.2008.00165.x

Salaam, K., Carr, J., Grewal, H., Sholevar, E. y Baron D. (2005). Untreated Trichotillomania and tricophagia: surgical emergency in a teenage girl. Psychosomatics, 46, 362-6. DOI: 10.1176/appi.psy.46.4.362

Imagen 1: Boyd, K. (2019, 29 de diciembre). La tricotilomanía: un trastorno que lleva a quien lo sufre a arrancarse el pelo y las pestañas de forma impulsiva. AAO. https://www.aao.org/salud-ocular/enfermedades/la-tricotiloman%C3%ADa-un-trastorno-que-lleva-quien-lo-

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